Crítica de la película "El muerto y ser feliz" (2012)

He tenido la suerte de poder asistir a un coloquio sobre esta película, para su presentación en dvd. Allí estaba el director Javier Rebollo y el actor José Sacristán. Ha sido muy divertido y es un placer ver como un actor tan reconocido sea tan cercano y amistoso, incluso al final se lanzó a cantar la canción del analgésico Okal, que también la canta en la cinta y pude hablar con él sobre su pueblo Chinchon  y hacerme alguna foto.


La película me ha gustado, aunque es desconcertante, primero esa voz en off constante y plana que sorprende y hasta chirría, lo curioso es que luego la coges cariño y estas deseando que se escuche aunque se abusa demasiado de este recurso.



El guión me ha gustado mucho y es sorprendente por los giros que da. El principio de la película ya te engancha cuando se descubre que el protagonista (José Sacristán), que es un enfermo terminal, es un asesino a sueldo pero que ya es incapaz de matar. Después comienza una road movie por Argentina, morfina en mano para el dolor, donde conocerá a una chica (Rosana Blanco) que le acompañará.

Así surgen momentos de complicidad entre los dos y es un canto a la libertad, a hacer lo que cada uno quiera, sobre todos en los últimos momentos de una vida, me viene a la cabeza la película de "Amor" (2012) de Haneke, donde un anciano prefiere cuidar a su mujer a su manera cuando sabe que su vida se marchita, en lugar de tenerla en un hospital.

El actor consiguió el Goya por este trabajo, aunque yo creo que todos queriamos que recibiese ese premio por toda su carrera. 

Es un gran actor y tiene un vigoroso tono de voz, esto último me hace recordar a gran actor Lee Marvin con una voz similar, que en principio se puede considerar una voz fea para cantar, pero luego queda perfectamente, inolvidable cantando "Estrella errante" en " La leyenda de la cuidad sin nombre".




No menos inolvidable Pepé Sacristán en los musicales "My fair lady" y "El hombre de la mancha" las dos junto a Paloma San Basilio. Actualmente sigue en la piel de Don Quijote en el teatro en la obra " Yo soy Don Quijote de la mancha".



 
Mi escena preferida cuando llegan a una ruinosa playa y Sacristán se sienta en una silla plegable de playa como si todo fuese bien, a su alrededor un panorama desolador con los restos de las ruinas de un balneario.

También esto me ha recordado a la portada del disco de Supertramp ¿Crisis what Crisis?, donde un hombre en bañador está sentado en la azotea de un piso con sus gafas de sol, y a su alrededor sólo hay contaminación y basura, por cierto que gran disco e inolvidable grupo.


Os recomiendo la película.



Valoración: (7/10)





The end

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